Encuentro en Psicodrama
Un encuentro intensamente esclarecedor. En un primer momento para mi fue bastante caldeado.
Todo empezó con algo que nos dijo Juan a todos, “el mate esta ahí desde que llegaron y nadie lo agarra”. Muy esclarecedor.
Esto me llevo a reflexionar sobre este grupo en el que estoy y quiero mucho. Me siento muy a gusto en el lugar, con los que nos llevan “hacia nosotras” Juan, Fede, Vero, y con mis compañeras. Es decir siento verdaderamente que es mi lugar. En definitiva sentí que Juan dijo, era por acá, no por el camino que están tomando y me pareció muy bueno, fuerte y me sentí nuevamente libre a tomar este camino en grupo.
La reflexión que nos trasmite no cambio, “si no ponemos todo no vamos a encontrar nada”. Y la verdad estoy dispuesta a poner lo mejor de mi para encontrar nuevamente la espontaneidad que había perdido en mi vida.
Aprendo mucho de las reflexiones compartidas, (sin menospreciar la teoria). Me encontré sentada al lado de Mercedes contando como enfermarse es un problema, para dejar de cumplir sus obligaciones de la facu, y riéndome de mi porque soy igual!. También escuchando a Sandra disfrutando su viaje en colectivo los sábados al sol. Y pienso que por algo estamos en este momento todas juntas, quizás para aprender y escucharnos, desde el alma.
Juan compartió unos hexagramas de I Ching el 1 y el 2 del poder creativo que hay en cada uno de nosotros, del cielo y la tierra. Y para ver como lo podemos trasladar a nuestras vidas. Como del caos puede surgir la espontaneidad.
Cuando caminábamos y contamos cada una un poco, lo que nos acordábamos de la fiebre amarilla, me vinieron muchas imágenes a la mente de cómo habrá sido todo eso en esa época.
Para trabajar usamos una técnica: biodinámica. Es como sentir la emoción desde una parte del cuerpo hacia el resto. Empezamos sintiendo calor, y ese calor se sumergía en tu cuerpo, impresionante, la sensación fue de fiebre. La fiebre sentida desde el piso, tirada me traía soledad, dolor. En un momento tenias que pararte, mirar lo que sucedía y cuando mire, vi enfermedad, dolor, necesidad, sentí la necesidad de auxiliar.
Cuando veíamos un ser o una luz, le dije no te vayas!. Pero cuando hubo que decirlo mirando el techo de todas las maneras que se te ocurran. Me quede asombrada, como puedo decirlo y que signifique algo diferente, lo mismo hago en mi vida, no es lo que digo, sino como lo digo.
Cuando después nos lo decíamos una a la otra, en otra parte del trabajo, me toco con Teresa, que le pone todo, me gusta trabajar con ella. En el momento final hablamos de lo que había sucedido hoy. Para mi fue todo muy vivido, sentido, me lleve todo lo que puse.
Y la experiencia compartida.
Un encuentro intensamente esclarecedor. En un primer momento para mi fue bastante caldeado.
Todo empezó con algo que nos dijo Juan a todos, “el mate esta ahí desde que llegaron y nadie lo agarra”. Muy esclarecedor.
Esto me llevo a reflexionar sobre este grupo en el que estoy y quiero mucho. Me siento muy a gusto en el lugar, con los que nos llevan “hacia nosotras” Juan, Fede, Vero, y con mis compañeras. Es decir siento verdaderamente que es mi lugar. En definitiva sentí que Juan dijo, era por acá, no por el camino que están tomando y me pareció muy bueno, fuerte y me sentí nuevamente libre a tomar este camino en grupo.
La reflexión que nos trasmite no cambio, “si no ponemos todo no vamos a encontrar nada”. Y la verdad estoy dispuesta a poner lo mejor de mi para encontrar nuevamente la espontaneidad que había perdido en mi vida.
Aprendo mucho de las reflexiones compartidas, (sin menospreciar la teoria). Me encontré sentada al lado de Mercedes contando como enfermarse es un problema, para dejar de cumplir sus obligaciones de la facu, y riéndome de mi porque soy igual!. También escuchando a Sandra disfrutando su viaje en colectivo los sábados al sol. Y pienso que por algo estamos en este momento todas juntas, quizás para aprender y escucharnos, desde el alma.
Juan compartió unos hexagramas de I Ching el 1 y el 2 del poder creativo que hay en cada uno de nosotros, del cielo y la tierra. Y para ver como lo podemos trasladar a nuestras vidas. Como del caos puede surgir la espontaneidad.
Cuando caminábamos y contamos cada una un poco, lo que nos acordábamos de la fiebre amarilla, me vinieron muchas imágenes a la mente de cómo habrá sido todo eso en esa época.
Para trabajar usamos una técnica: biodinámica. Es como sentir la emoción desde una parte del cuerpo hacia el resto. Empezamos sintiendo calor, y ese calor se sumergía en tu cuerpo, impresionante, la sensación fue de fiebre. La fiebre sentida desde el piso, tirada me traía soledad, dolor. En un momento tenias que pararte, mirar lo que sucedía y cuando mire, vi enfermedad, dolor, necesidad, sentí la necesidad de auxiliar.
Cuando veíamos un ser o una luz, le dije no te vayas!. Pero cuando hubo que decirlo mirando el techo de todas las maneras que se te ocurran. Me quede asombrada, como puedo decirlo y que signifique algo diferente, lo mismo hago en mi vida, no es lo que digo, sino como lo digo.
Cuando después nos lo decíamos una a la otra, en otra parte del trabajo, me toco con Teresa, que le pone todo, me gusta trabajar con ella. En el momento final hablamos de lo que había sucedido hoy. Para mi fue todo muy vivido, sentido, me lleve todo lo que puse.
Y la experiencia compartida.
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