viernes, noviembre 5

DE LA CRONICA DE VARESA R.

Comenzamos antes de comenzar, el Encuentro se produjo antes de la ronda que nos inicia.Como niñas que exhiben su juguete nuevo y admiran el juguete del otro, así estábamos observando nuestras máscaras.Cada una tenía una historia interesante que contar respecto al proceso del armado de la máscara.Se percibía mucha ansiedad por saber de que personaje tendríamos que apropiarnos.
Comenzamos la ronda recordando conceptos de Psicodrama del Encuentro anterior y de otros pasados.Varios acentuamos la cabeza como diciendo un “aaa…” luego de escuchar a los que más recordaban.Entre los que no recordábamos estaba yo, tan perdida como si hubiera pasado mucho tiempo desde el último Encuentro. Reflexiono en que dificultoso es a veces recordar, porque hay que mirar al pasado para elegir que traer al presente, y tal ves lo dificultoso no sea mirar hacia atrás, sino mas bien, “elegir que” mirar para hacerlo presente.
Comenzamos el caldeamiento caminando, observando el espacio y elegimos un lugar para dejar nuestras mascaras.La observamos en ese lugar elegido y como si esa máscara tuviera poder de atracción sobre nosotras, volvemos a tomarlas, la examinamos, pensamos que nos provoca y la usamos. Luego la sensación de atracción viene desde el piso y nos dejamos ir hasta quedarnos acostadas, como dormidas. El estímulo musical y de las sábanas que nos acariciaban nos condujo a un viaje de ensueño, un viaje en el tiempo.Nos imaginamos quienes somos, donde estamos y que hacemos.Al sonido de un llamado nos vamos despertando muy de a poco, desde pequeños impulsos en el cuerpo hasta abrir los ojos.Este despertar es como un nacer a la vida, ¿dónde estuve?, ¿quién soy? ¿qué hago? ¿tengo alas o garras? ¿soy buena o mala? ¿o buena y mala?.Vamos explorando y construyendo nuestro personaje desde estos cuestionamientos y elegimos si usar o no las sábanas como parte del vestuario. Nos damos cuenta que hay otros.Nos observamos como buscando reconocernos y volvemos a elegir un lugar para detenernos y una manera de habitarlo.Desde ese lugar vuelvo a reflexionar quien soy. Mi personaje era una suerte de princesa etérea que tenía que ver con un pasado de la cultura griega. Creaba un juego entre la seducción y la maldad. Me sentía importante, poderosa pero bondadosa a la vez.Volvemos a observarnos y dejarnos atraer por alguien, mí personaje no buscaba ser atraído, todo el tiempo provocaba el acercamiento al otro para atraerlo a sí, como diciendo “mirame, acá estoy”.Toda esta fantasía de ser etéreo se deshizo cuando escuché el nombre de mi personaje:”Rosario”… ¿Rosario?!- pensé… ¡nada que ver el nombre!. Llego el momento de presentar cada una su personaje y todo mi ensueño de princesa griega se esfumó cuando escuché al personaje de Meche, ella era “Marta” la señora que vive en un barrio porteño que limpia las veredas todas las mañanas y le gusta hablar mucho.¿Entonces quien sería Rosario? ¿ su vecina “fifí” que vive de apariencias y que jamás contaría sus cosas como lo hace Marta? ¿o quien?.Decidí seguir en el pasado de Rosario, no tenía bien en claro quien era en el presente pero estaba convencida de quien era en el pasado.
Este Encuentro me generó muchos interrogantes y curiosidad sobre aspectos desconocidos de mí.Por un lado tenía toda la curiosidad por saber en que me parecía con Rosario pero a su vez quería mantener el misterio por más tiempo.Tenía la sensación de que si lo descubría de golpe se perdía el disfrute de ir descubriéndome a mi misma.Pensaba en que tenía que ver yo con el pasado, que me producía pensar en el pasado.Si eso era bueno o malo, o las dos cosas.La palabra “pasado” me quedó resonando.Llegando a mi casa me avisan que mi abuela materna falleció, luego de siete meses de salud inestable. Tuve que viajar de urgencia para poder llegar al velorio.Debido a la distancia no llegué y esto me hizo reflexionar acerca del pasado.En el presente quedaba un cuerpo sin vida, sin espíritu, en un cajón enterrado bajo tierra. Ya no era mi abuela a quien no alcancé a ver. ¿Entonces donde la podía encontrar? ¿Donde la podía llorar? ¿Dónde la podía abrazar? Y pensé que lo único presente de ella era su pasado y elegí el pasado para reírme con ella, para abrazarla y para darle el último beso en el hospital.
Este suceso, aunque triste fue para mí tal vez el cierre del Encuentro o el inicio de mi viaje.Al menos entendí que esta bueno volver al pasado y elegir que cosas las hago presentes.

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